lunes, 1 de abril de 2013

Ciudadanos: MIEMBROS DE LA ASAMBLEA NACIONAL DE LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.

Despacho.- Asambleístas: Primeramente, nuestro más cordial saludo Patriótico y Espiritual.

Mediante el presente documento, queremos solicitar a la Institución que ustedes representan y como legisladores de la República Bolivariana de Venezuela, un debate justo, serio, científico, y de altura sobre la situación del consumo, tenencia y cultivo del cannabis sativa la cual es penada en Venezuela de diferentes formas, teniendo como marco jurídico la Ley Orgánica de Drogas. ¿Por qué es ilegal consumir marihuana si múltiples estudios han confirmado que sus efectos son menos dañinos que los del consumo de tabaco para el organismo humano, y que sus consecuencias sociales son notablemente menos negativas que las del consumo de alcohol? ¿Por qué se prohíbe el cultivo de esta planta si esta comprobado que puede aportar múltiples beneficios desde un plano medicinal, hasta la manufactura de productos imprescindibles como el papel, la ropa, o incluso proveer de elementos necesarios para la construcción y la gastronomía? Para ello consideramos que es necesaria hacer algunas referencias que nos permitan situarnos o ubicarnos en contexto social e histórico. La verdadera razón por la cual fuera proscrita la marihuana, no tiene nada que ver con sus efectos en la mente y el cuerpo humanos. Más bien se trata de una de las mayores conspiraciones de toda la historia en la cual el principal objetivo es la desinformación que ocasiona un tabú inédito e injustificado en la sociedad. La marihuana no es perjudicial a la mente ni al cuerpo. La marihuana tampoco es una amenaza pública. La marihuana es peligrosa para las compañías petroleras, las industrias químicas, del alcohol y el tabaco. Grandes empresas, con muchos dólares e influencia, han suprimido la verdad que yace tras la marihuana. La verdad es que si la marihuana se utilizara para obtener de ella una vasta gama de productos, detonaría una bomba atómica industrial. Los empresarios no han sido informados acerca del verdadero potencial de la marihuana. La clase dominante ha conspirado para esparcir grandes equívocos acerca de una planta muy versátil que, si apropiadamente utilizada por otros pronto arruinaría sus multimillonarias compañías. El cannabis es una planta flexible, multifacética, y con diversas cualidades. A partir de ella se pueden generar desde combustibles y aceites comestibles, hasta ropa y todo tipo de telas, pasando por cuerdas y, por supuesto, papel. Sin embargo, precisamente estas bondades de la planta eran las que más incomodaban a las corporaciones que estaban monetizando frenéticamente mercados como el del abastecimiento de papel industrial, el algodón, y los hidrocarburos. Al parecer, en un principio fueron principalmente dos corporaciones las que se volcaron por completo para promover la prohibición de esta planta: DuPont y la Hearst Company El banquero Andrew Mellon, quien se convirtió en el tesorero del gobierno del presidente Hoover, era uno de los principales inversionistas de DuPont, actualmente una de las mayores corporaciones del mundo y que en la época de 1920 a 1940 estaba consolidándose en el negocio de los petroquímicos y de los polímeros. Para ambas ramas de mercado el cannabis resultaba una seria amenaza pues de esta planta podían derivarse tanto fibras naturales que redujeran el consumo de nylon, uno de los productos clave de DuPont en esos años, como de combustible vegetal que amenazaba su apuesta por los hidrocarburos. En este sentido DuPont tenía claro que una de las premisas de su estrategia de mercado tenía que anular la presencia del cáñamo. Siendo Secretario del Tesoro Mellon influyó para que su sobrino Harry J. Anslinger fuese nombrado en 1930 como el primer comisionado Federal Bureau of Narcotics. Y a pesar de que el cabildeo en contra del cannabis ya llevaba poco más de dos décadas lo cierto es que no fue hasta que Anslinger llegó al FBN cuando la verdadera guerra comenzó. Por otro lado, la otra industria que se sentía gravemente amenazada por la presencia del cáñamo era la papelera. La Hearst Company controlaba buena parte de la producción de papel e incluso era el principal proveedor del área de productos de papel de la hoy multinacional Kimberly Clark. Hearst, un despiadado hombre de negocios no tardó en darse cuenta, al igual que DuPont, de la necesidad de eliminar al cáñamo del mercado y junto con otros empresarios presionaron al gobierno, a través del FBN para que se criminalizara por completo el cultivo de esta planta. Incluso Hearst, el legendario magnate de los medios impresos, puso a disposición su ejército de diarios para promover una campaña cultural en contra de la cannabis y como parte de esta iniciativa se adoptó por primera vez el nombre de marihuana, una palabra con fonética recordable, breve, y precisa para designar a esta ahora diabólica planta (por cierto un término que hasta entonces era solamente utilizado en el argot popular de México). Otro actor que desempeñó un papel fundamental en este proceso fue la ya entonces consolidada industria del tabaco. En esa época la cultura americana ya había adoptado integralmente el consumo cotidiano de cigarrillos. Sin embargo, las grandes tabacaleras habían comprobado que el consumo de tabaco entre la población que fumaba cannabis era menor que en aquellos que solo consumían su producto. Por otro lado los fumadores de esta planta jamás de someterían a un mercado industrial ya que era relativamente fácil cultivarla caseramente y autoabastecer su consumo personal sin recurrir a una marca industrial. Por el contrario, la siembra de tabaco era mucho más compleja y requería de una extensión de tierra suficiente para cultivarse y no solo de un par de macetas. Tomando en cuenta esto, y ante el poco futuro comercial que se percibía en el rubro del cannabis, las grandes tabacaleras no dudaron en apoyar la cruzada en contra de la marihuana. Finalmente no podemos dejar de mencionar a la siempre oscura industria farmacéutica, conocida como el Big Pharma, y que consciente de las propiedades medicinales que la marihuana ofrecía a la población también la percibió como una amenaza contra sus intereses comerciales. Se tienen confirmados múltiples beneficios médicos que contiene el cannabis, entre ellos el combate al glaucoma, el ayudar a la prevención de Alzheimer, y reducir el dolor del síndrome pre menstrual entre las mujeres, por mencionar solo algunos. Contra todos estos males el Big Pharma ha desarrollado medicamentos sintéticos que en muchos casos han probado ser menos efectivos, o al menos mucho más costosos que tratarlos con marihuana. De hecho esta misma postura de las farmacéuticas alude a un fenómeno actual con la campaña que busca volver ilegal el uso de plantas medicinales en Europa como sustituto de medicamentos. Aunque no ha sido comprobado, se dice que Anslinger se reunión con algunos de los más poderosos empresarios del momento, entre ellos obviamente representantes de las tabacaleras, DuPont y el propio W.R. Hearst, para pactar una guerra frontal contra la marihuana y diseñar una campaña mediática que imprimiera el imaginario colectivo con una nueva idea: la marihuana es una planta nociva para la salud y para la sociedad, y su consumo, cultivo y distribución debe ser tenazmente descalificado, denunciado, y perseguido. A continuación se instauró una de las mayores cruzadas de manipulación mediática en la historia. Decenas de diarios se empeñaron en desatacar los “horrores” de la marihuana y la población aprendió que esta planta era responsable directo de todo tipo de sucesos negativos, desde asesinatos y accidentes Automovilísticos, hasta la pérdida de moral. El cine mainstream también se unió a la campaña con Films como ‘Reefer Madness’ (1936), ‘Marihuana: Assassin of Youth’ (1935) and ‘Marihuana: The Devil’s Weed’ (1936), todas ellas promoviendo la satanización de la marihuana y, aunque lo hacían de una manera que hoy nos parece cómica o altamente caricaturesca, lo cierto es que fue una movida bastante eficiente para generar una percepción profundamente negativa entre la población. En abril 14 de 1937, la Ley Fiscal de Marihuana Prohibitiva o ley que proscribiera el cáñamo fue pasada directamente al House Ways and Means Committee. Este comité era el único que podía introducir una ley a la Casa de Representantes sin ser debatida por otros comités. El presidente de Medios y Arbitrios, Robert Doughton, era partidario de Dupont. El aseguró que la ley pasara en el Congreso. El Dr. James Woodward, médico, testificó muy tarde a favor de la Asociación Médica Norteamericana. Él dijo al comité que la razón que el AMA (asociación americana de medicina) tuvo de no denunciar Ley Fiscal de Marihuana Prohibitiva fue que apenas había descubierto que la marihuana, que suponían ser otra planta, era el mismísimo cáñamo. Pocas personas, en esa época, notaron que la mortal amenaza sobre la cual habían estado leyendo en las primeras planas de Hearst era el cáñamo, de hecho pasivo. El AMA comprendió que el cannabis era una planta medicinal encontrada en incontables productos curativos vendidos durante los últimos cien años. En septiembre de 1937, el cáñamo se hizo ilegal. El cultivo más útil conocido, pasó a ser convertido en una droga heroica y nuestro planeta ha estado sufriendo desde aquel entonces. Posteriormente debido a la revolucionaria contracultura y la fuerte presión social el gobierno de Estados Unidos saca a la luz publica un irresponsable estudio medico para perjudicar la reputación del cannabis promovido por el presidente Richard Nixon, el Dr. Robert Heath, quien a fines de los 70 ató a cuatro monos Rhesus y les dio el equivalente a sesenta y tres porros de marihuana colombiana en cinco minutos a través de máscaras de gas, sin pérdida alguna de humo y de aire fresco. Luego, el Dr. Heath analizó el tejido nervioso de estos monos y concluyó que las neuronas habían muerto por el consumo de cannabis. Claro que el científico omitió que la ausencia de oxígeno por más de cinco minutos produce daño cerebral a cualquier mamífero y el tejido dañado era producto de la hipoxia producida. En 1982 el Instituto de Medicina y la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos quisieron confirmar lo planteado por el Dr., Heath, patrocinando estudios que fueron publicados en el libro ‘Marihuana y Salud'. Allí se invalidó el experimento de Heath, criticándolo por los insuficientes muestreos realizados (solo cuatro monos), las altas dosis empleadas y la falsa identificación de la estructura normal del cerebro del mono dañado. En resumen, se trató de un estudio imparcial y con un objetivo a priori. Estudios posteriores con humanos consumidores de cannabis concluyen que la marihuana no provoca daños cerebrales de ningún tipo. Dos trabajos publicados en 1977 en la Revista Médica Americana mostraban que no existían daños cerebrales en personas que habían consumido cannabis en grandes cantidades y durante muchos años. Ese mismo año la Asociación Médica Americana se declaró a favor de la descriminalización de la marihuana. Una venenosa campaña de continuos ataques relámpago por parte de medios amarillistas tuvo lugar entre los años veinte y los tardíos años treinta. Los periódicos de Hearst presentaron historias que acentuaban los presuntos horrores de marihuana. La amenaza de la marihuana produjo grandes titulares. Los lectores aprendieron que fue la causante desde accidentes de tránsito hasta la más desenfrenada inmoralidad. Hay sobradas referencias al uso del Cannabis como planta medicinal Las primeras reseñas históricas documentadas datan del 2737 AC. Numerosos científicos, médicos como Dioscórides y hasta el mismo Galeno utilizaron el Cannabis desde el principio de la medicina. Existe un gran desconocimiento del uso de esta planta que consigue demonizarla sin ninguna razón de peso. Según el Informe Mundial sobre Drogas 2011 de las Naciones Unidas, la marihuana sigue siendo la sustancia ilícita más producida y consumida en todo el mundo. En 2011, entre el 4.8% y el 6% de la población mundial de 15 a 64 años de edad (es decir, entre 290 y 305 millones de personas) habían consumido cannabis al menos una vez durante el año anterior. Aunque se ha empleado medicamente desde hace más de 50 siglos, durante muchas décadas, ha sido una planta prohibida y demonizada en casi todo el mundo neo-liberal. Sin embargo, eso no ha influido en muchos científicos que han visto en esta hierba una alternativa en ciertas enfermedades. La investigación científica sobre los componentes activos de la planta ha experimentado un espectacular auge pero las restricciones legales dificultan el estudio completo de su potencial terapéutico. Actualmente se están desarrollando nuevas vías de administración como la rectal, sublingual o transdérmica para evitar los efectos perjudiciales del humo del Cannabis fumado. Aunque el futuro inmediato parece basarse en medicamentos derivados directamente del Cannabis, la investigación actual tiende a desarrollar por un lado nuevos fármacos que actúen potenciando o inhibiendo los efectos de los cannabinoides endógenos y por otro, fármacos sintéticos agonistas y antagonistas de los receptores cannabinoides. Los distintos ensayos realizados demuestran que los compuestos del cannabis pueden inhibir las náuseas y vómitos asociados a la quimioterapia, aumentar el apetito, atenuar la pérdida de peso, aliviar el dolor, disminuir la ansiedad y permitir una mejor conciliación del sueño. También puede reducir el dolor neurótico y la espasticidad en pacientes de esclerosis múltiple, y la pérdida de apetito y peso que tienen lugar en enfermos de sida. Y éstos son sólo algunos de sus usos médicos. La acción terapéutica del cannabis sativa es llevada a cabo por los cannabinoides. Reciben este nombre porque son compuestos que sólo se encuentran en esta planta. Tienen 21 átomos de carbono, son aceites (por lo tanto liposolubles) y fueron aislados por primera vez en laboratorio en 1970.Existen más de 60 variedades distintas de cannabinoides, destacando por su cantidad relativa y efectos (tanto terapéuticos como psicoactivos) el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), el cannabidiol (su precursor) y el cannabinol (producto de su metabolización). Aunque de todos los cannabinoides el THC es el más importante en cuanto a concentración y propiedades, el efecto total producido al ingerir la “planta en bruto” es el resultado de la modulación de todos ellos entre sí, no conociéndose bien en la actualidad cómo se lleva a cabo esta modulación ni cual es el papel que juegan cada uno de ellos en el resultado final de la acción terapéutica. Al igual que ocurre con los receptores cerebrales opiáceos, en los que existe un endógeno similar, se han identificado cannabinoides endógenos que normalmente se unen a los receptores CB de manera fisiológica, actuando como neurotransmisor y regulador un múltiples funciones fisiológicas. Cabe destacar, entre ellos, la anandamida (o amida de la “beatitud”, en sánscrito) y el 2-araquinodilglicerol. Medicinalmente es utilizada para el tratamiento de muchas enfermedades y síntomas de ellas: * Antiemético frente a los vómitos ocasionados por la quimioterapia. * Como estimulante del apetito en los casos de SIDA Éstas dos indicaciones son las autorizadas por las autoridades sanitarias norteamericanas para la comercialización del THC sintético (Marinol®). Los cannabinoides actúan sobre los centros cerebrales del vómito y del apetito. Se conoce al cannabis como supresor de las náuseas y como estimulante del apetito desde su introducción en la medicina moderna en el siglo XIX. El empleo de la marihuana como tratamiento paliativo en el cáncer empezó a documentarse a principio de los 70, cuando gran número de pacientes oncológico comprobaron que fumar cannabis les aliviaba los vómitos y espasmos abdominales que padecían como consecuencia de la quimioterapia, al tiempo que les mejoraba el apetito. El cannabis no es solo útil para la paliar los vómitos ocasionados por la quimioterapia y estimular el apetito en los casos de SIDA, sino que se ha hecho referencia a ella por esta característica en otros trastornos en los que se presentan estos síntomas, como es el caso, por ejemplo, de la hiperémesis gravídica. Además de esta esta comprobado científicamente que ayuda con el Glaucoma, Asma, Trastornos neurológicos, Trastornos mentales, Síndrome de abstinencia a alcohol y opiáceos, Propiedades antitumorales en donde hay que destacar que actualmente se llevan a cabo estudios sobre animales de experimentación acerca de estas cualidades en diversos tipos de tejidos tumorales: de pulmón, mama, piel, entre otros, destacando por su proximidad a nosotros los que realiza el Profesor M. Guzmán en el Hospital de La Laguna con enfermos con neuroblastoma cerebral. El THC inhibiría el crecimiento de las células cancerosas, disminuyendo su poder de crecimiento y de diseminación de metástasis. Una amplia variedad de productos alimenticios puede ser generada del cáñamo. Las semillas contienen uno de las fuentes de proteínas más ricas de la naturaleza. También: tienen dos ácidos grasos esenciales que limpian su cuerpo de colesterol. ¡Estos ácidos no son encontrados en otras partes de la naturaleza! Comer semillas de la marihuana que consuma es lo mejor que puede hacer por su cuerpo. El cáñamo debe ser utilizado en el futuro. Necesitamos una buena fuente de energía limpia para salvar nuestro planeta del desastre. ¡Industrialicemos el cáñamo! Las propiedades milagrosas como medicina y uso industrial de la CANNABIS SATIVA O MARIHUANA, no las tiene ninguna de las verdaderas drogas ilícitas y licitas como: heroína, cocaína procesada y derivados, lsd, fármacos, cigarros o tabaco donde su cajas dicen que causan muerte y daños irreparables como cáncer pero el estado lo permite y alcohol etílico donde se advierte de su peligrosidad durante la ingesta del mismo e incluso el estado en sus operativos vacaciones admite que la principal causa de muerte en los días de asueto vacacional esta ligadas al consumo de esta bebida. Son bien sabidas las indeseables consecuencias del alcohol etílico al consumirlo cuando no se debe y en cantidades desmedidas, o con excesiva frecuencia como es el caso de los alcohólicos. El alcohol induce a actos violentos, como lo informan los partes de fin de semana en donde mueren personas por acciones impulsivas generadas por el uso incorrecto de esta sustancia. Sin embargo, no esta prohibida. Generando con esto una gran inmoralidad en el estado y por ende de la sociedad venezolana al prohibir y condenar el consumo del cannabis sin ninguna prueba científica seria y real. Igual sucede con el cigarrillo. Sirve a muchos jóvenes como un pasaje a un estatus de vida adulta; ya que la mayoría de los mil cien millones de fumadores que hay en el mundo comenzaron a consumir antes de los 19 años. El capitalismo promueve el hábito, pero no exhibe los problemas de salud causados por el tabaquismo, sino que más bien los esconde bajo cuerpos saludables y hasta bucólicos. Y las tabacaleras han comercializado un producto que ha matado a ciento de millones de personas, y que matará millones mas, con el único fin de obtener inmensas ganancias. Así pues, en nuestra sociedad existen sustancias legales muy adictivas que además del intenso daño que ocasionan a nuestro organismo; estimulan la euforia, la estupefacción, la melancolía, la violencia y otros estados emocionales negativos. Y el cannabis, del que no hay registro ocasione dichos estados, esta prohibida. En esas sociedades tradicionales indígenas, que eran sabias, controlaban muy bien el consumo de las sustancias que llamamos drogas, por que formaba parte de su cultura, sus creencias y sus costumbres, y sabían mejor que nosotros (supuestamente civilizados), a lo que conduce el descontrol en el consumo. Y así se mantuvieron durante miles de años, en equilibrio total con la naturaleza. El modelo capitalista profanó todo aquello que era sagrado, todo lo que era bendito. Abandonado a su propia lógica cometió la profanación máxima al convertir la religión en su auxiliar para manejar a las masas. Entonces, al quedarse sin religión, sin cultura, la sociedad perdió los recursos para controlar las viejas sustancias de las tribus. Muchas se salieron así de las sociedades donde se consumían, ya que no hubo autoridad religiosa que controlase su empleo. Quedan muchísimos residuos persistes en nosotros de ese carácter ceremonial espiritual; pero el narcotráfico deriva grandes ganancias de esta separación entre lo que llamamos droga y aquello que originalmente nos ha sido sagrado. En el capitalismo, el objetivo único es la ganancia; su medula, como su nombre lo indica, es el capital. Mientras el ser humano, sin ceremonias, sin dioses, y sin pipa de la paz, no es más que su instrumento, un medio, y nunca jamás la finalidad. El consumo se vuelve un problema cuando pasa a integrar esa cadena de máxima utilidad económica. La ilegalidad de esta sustancia es una decisión que obedece solo a intereses comerciales y políticos, y no a motivos médicos. Las campañas moralistas contra el uso del cannabis no frenan su experimento, ni impiden que el usuario continúe su consumo. Reducen el tema del uso y consumo del cannabis, a una lucha entre buenos y malos, lo que es colocar el problema precisamente donde no tiene solución posible. Tal como ocurrió con el alcohol durante la prohibición, en nombre de la cual fue reprimida la sociedad entera. Imponiéndole valores morales hipócritas de un pequeño grupo predominante. El combate contra el uso del cannabis extiende un problema marginal a toda la sociedad. Originando obsesión por un asunto que de otra manera seria de menor importancia. El consumo de drogas es un fenómeno complejo que involucra muchísimos elementos religiosos y culturales de una sociedad. No se conoce ninguna sociedad humana en la que no se consuma alguna sustancia de esas que hoy llamamos drogas. Algunas como los hongos y la marihuana, provienen de culturas tradicionales. Estas sustancias se usaron siempre para fines medicinales, religiosos, mágicos, afrodisíacos, por ejemplo. Ellas dimanan de las profundidades de lo simbólico, cultural, emocional, natural. Se usaron en ceremonias generalmente de carácter sagrado, de naturaleza religiosa y política, como cuando se fumaba la famosa pipa de la paz. Se brinda con alcohol para invocar buenos augurios, para celebrar, para alegrarse. Se estrella una botella contra un barco antes de botarlo al agua. Se derraman en el piso las primeras gotas de una botella recién abierta como un obsequio a los muertos. Y en muchas culturas el vino es un don otorgado a los hombres por los dioses. Parte del argumento en el combate contra el cannabis es que la legalización de esta sustancia incrementaría la adicción; pero esto es total y absolutamente falso. El alcohol no se redujo con la prohibición, ni aumentó cuando esta fue abolida. Quizá la gente en general no podía hallar una botella de vino durante la prohibición, pero los alcohólicos si. La prohibición en el uso del cannabis solo impide la sustancia a quienes no tienen interés en ella, los consumidores siempre se las arreglarán para conseguirla. Además es pertinente tomar como ejemplo las modificaciones y trato sobre el cannabis que ha tenido algunos estados en el mundo como por ejemplo Estados Unidos, Holanda, Portugal, España, Suiza, Alemania, Inglaterra, Argentina y Uruguay, en donde la despenalización de la planta no ha ocasionado el aumento del consumo de la misma y dichas políticas han permitido a estos gobierno luchar de manera eficaz contra el narcotráfico. El consumidor no es parte de esta red de narcotráfico, aunque contribuye con ella; pero eso es única y exclusivamente por que el Estado lo obliga a obtener la sustancia de manera ilegal. La política del estado contra el uso del cannabis es terrorista. Contempla largas sentencias (de 1 a 2 años como mínimo Art 153 de la ley orgánica de drogas) para los consumidores que sean atrapados con mas de 5 gramos de marihuana, y en la mayoría de los casos colocando al detenido con personas las cuales cometieron delitos de verdad peligrosos como homicidios, violaciones o robos, permitiendo de esta manera que el detenido peligre en su encierro. Trata al consumidor como una persona enferma, cuando en la mayoría de los casos somos personas que disfrutamos de discernimiento y libre albedrío. La prohibición del auto-cultivo es el factor único que estimula el tráfico de esta sustancia. Ya que obliga al consumidor a obtener de manera ilógica, lo que de otro modo obtendría con tan solo estirar su mano. Bajo esta lógica, el Estado es así el principal promotor y responsable del tráfico de la marihuana, al otorgar con su prohibición la oportunidad de lucro con su venta. Si las personas que consumimos pudiéramos autoabastecernos no tendríamos necesidad de salir a obtener esta sustancia; ni oportunidad alguna aquellos que se lucran con su venta. Que el estado despenalice el auto-cultivo es la única manera de acabar con el tráfico ilegal de esta sustancia. Ignorar esta realidad, es convertirse en parte del problema. Nuestra intención con esto, es el de darle un verdadero golpe al NARCOTRAFICO, solicitándoles, la libertad y el buen uso de nuestro libre albedrio que es el mejor regalo de la creación, liberar la pena y condena por el AUTOCULTIVO de la Marihuana o Cannabis Sativa. Por tal motivo, solicitamos la reforma de la nueva LEY DE DROGAS, derogada el 18 de septiembre de 2010, bajo la gaceta oficial numero 39546, específicamente los artículos: 137, 141, 144, 145, 147, 148, 151, 153, 161, 162, 163 y 164. Que permite perseguir y sancionar a consumidores, cuando el consumo no es delito. Exigimos la regulación del cultivo para autoabastecimiento de Cannabis. Exigimos la regularización de la distribución del cannabis, de su producción, secado, curado y venta al usuario final, con todas las garantías de las que es responsable el estado. Exigimos condiciones sanitarias y de calidad que ahora mismo nadie controla. Exigimos debate de altura sin caer en descalificaciones. Sin más a que hacer referencia, y agradeciéndoles te antemano, su cordial receptividad y pronta respuesta a nuestra humilde petición, los aquí firmantes

18 comentarios:

  1. YO firmo, por la liberacion de dicha planta para el uso personal y para la liberacion social de la persona que la consume.

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  2. Yo firmo por el uso medicinal regulado por el Estado, por el autocultivo, por la libertad personal y contra el narcotráfico.

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  3. YO FIRMO... No es un delito usar la marihuana (no importa sus fines pues se ha demostrado que es multifuncional, ni es dañina para la salud) Ademas pertenece a la creacion divina y crece de la tierra para sacar provecho a sus miles de cualidades! Tambien es innecesario que sean procesados ante la justicia tanta gente cuando es dentro de la carcel y los penales donde hay mas drogas, armas, delicuencia y no se llevan a cabo ningun tipo de apoyo para Casos de drogadiccion cualquiera que sea. La Mafia de los pranes , capos y mafiosos entre ellos entes gubernamentales que se dedican a la red de trafico interna como externamente en el pais Venezuela. Necesitamos reforzar la educacion del uso de esta planta ya catalogada como droga debe ser bien utilizada y evitamos adicciones y otros problemas.Ademas la Educacion Ambiental se refuerza, con esta planta que es purificadora del suelo, aguas y aire. UNAMOS FUERZAS Y DEMOSTREMOS QUE LA MARIHUANA NO ES DROGA ¡ES VIDA!

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  4. Ajá. Dónde es la reunión? Dónde se recolectan las firmas? Cuál es el proceso para hacer dicha petición en la asamblea? @mentaldrummer

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  5. yo firmoooo con gusto
    "soy Venezolano"

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  6. Yo firmooooo!! ya basta de que algo tan bueno en todos los sentidos como es la marihuana este vista como algo dañino!

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